sábado, 9 de agosto de 2014

BARRIO SANTA ROSA DE LAMBARÉ




A pedido de algunos lectores, y en la medida de mis ratos de ocio, iré contactando con algunos pobladores, referentes, del barrio vecino (a San Isidro) con el objeto de urgar en la memoria histórica e ir aportando datos y annecdotas para enriquecer la historia de Lambaré .

 Ambos barrios  (San Isidro y Santa Rosa) están muy relacionados desde  antes de ser conocidos como tales.


 1.1. Nombre del Barrio: Santa RosaEn honor a la Patrona de América




 1.2. Límites del Barrio Santa Rosa de Lambaré: 

  • Calle La Unión, desde Capitán Pedro Juan Caballero hasya Avd. Defensores del Chaco, al Norte.
  • Avda. Defensores del Chaco desde La Unión hasta la Avenida San Isidro, al Este.
  • Avda. San Isidro desde Dedensores del Chaco hasta la Avda. Bonifacio Ovando, al Sur.
  • Avda. Bonifacio Ovando desde San Isidro hasta Lima.  Lima desde Bonifacio Ovando hasta Capitan Pedo Juan Caballero. Capitán Pedero Juan Caballero hasta la intercepción con La Unión al Oeste.




 1.3. Servicios a que accede


  • Agua Corriente: ESAP
  • Medios de transporte : Líneas  8, 15, 23, 31, 32, 38, 48, 52, 118
  • Luz eléctrica : ANDE (Administración Nacional de Electricidad)
  • Teléfono: Compañía Paraguaya de Comunicaciones (COPACO) y telefonía celular
  •  Cable Visión Continental (VCC)




1.4. Instituciones del Barrio


  • Escuela Básica Nº 808 Doctor Bernardo Ocampo 
  • Escuala Básica N° 1.307 y Colegio Privado Santa Rosa
  • Escuela Privada N° 5.825 Mi amigo Jesús
  • Iglesia Católica. Parroquia Santa Rosa 
  • Seccional Colorada Nº 5
  • Registro Civil.
  • Puesto de Salud Santa Rosa (MSPyBS)
  
 1.5.  (Calles de Lambaré) Las calles del Barrio Santa Rosa



viernes, 27 de junio de 2014

AÑORANZA DE FIESTAS PATRONALES





¿Te acordás Serafín? De las “funciones patronales” de Caraguatay

¡Sí!  Para nosotros, funciones sensacionales. 

Las esperabamos con ansia. Duraban como dos semanas. Cinsidente con la entrada de la primavera. A la salida de la escuela era el recreo infaltable antes de voler a casa y a la noche, en familia , era el paseo obligado.

 El 23 de septiembre nos íbamos al pueblo engalanados con nuestras mejores ropas domingueras, un poco rengueando por el estreno del zapato nuevo, a celebrar las vísperas de Tupasy La Merce ára

Y al  día siguiente, 24,  antes de la Misa en honor de la Santa Patrona, la procesión con banditas y todo. Los trombones, tambores, platillos y otros instrumentos enardecían nuestra devoción a la Santa Madre de Jesús. ¡Que enorme nos parecía la brillante tuba de... ¿José ju’ai?!

 El paseo por el mercado y su plazoleta encantados con las chucherías ofrecidas por los puesteros. Artículos que normalmente no se conseguían en los almacenes ni tiendas del pueblo y sólo podíamos comprarlos durante esas festividades. 

En otras casillas nos tentaban con los  caramelos con premio, o nos invitaban, por módicos céntimos a pasar y maravillarnos con la mujer araña, animales nunca vistos  u otras rarezas.

¡Cuán importante nos sentíamos al contar los céntimos ahorrados para la ocasión, y que hacía posible la compra de las baratijas ofrecidas por las funcioneras: pañuelitos, espejitos, peines, cadenillas, animalitos de cerámica,   pito yvy, tatu yvy, kambuchis o cantarillas en miniatura para blandirlos como preciado trofeo  funsión poty!

Dentro del bullicio de la multitudinaria concurrencia sobresalía  el pregón de las chiperas, alojeras y vendedores de agua helada (un lujo en esos tiempos), bollo con relleno, pan kesu, mantecado o dulces en barquillos ofreciendo sus productos. ¡Claro que de esa época es la expresión “bollo de cincoicha nde juruvy”!

 ¡Y cómo nos extasiaban las mágicas manos del heladero al girar y girar el cilíndrico recipiente de chapa en su carretilla con el tonelito repleto de hielo, sal gruesa y aserrín o arro pire!.

Girando y girando la manija centrifugaba agua con azúcar y colorantes hasta cuajarlos en deliciosos heladitos.

Con un toque maestro de la cuchara nos servía en crujientes barquillos, previo pago de un guarani’i

Los saboreábamos en ansiosa espera del anuncio por el altoparlante de la consabida  primera vuelta gratis de la veloz, cómoda y segura calesita de... no me acuerdo qué empresa, “Porvenir”, “Primavera”, creo, o “de lo Hermano Acotas” con sus veloces caballitos y luces multicolores.

¿Y te acordás que la calesita no tenía motor?, era de tracción a sangre, los ayudantes del patrón empujaban para los giros y hundían los talones en la arena para las frenadas. 

El viaje era tan largo cuanto duraba una música. ¡Y cómo nos ingeniábamos para ayudar a empujarla unas vueltas y al tomar velocidad, corriendo aun, saltar para viajar gratis y al finalizar la música bajar y frenar estirando los tensores de los caballitos y carros que nos arrastraban una vueltas antes de parar y esperar el descenso y ascenso de los pasajeros por la módica suma de un guaraní. 
No pocas veces, cuando el patrón estaba kanguero, ligábamos un saplé histórico o el sonoro cintarazo, con aquel arreador especial, al grito  del ¡reguejypy mita i! con el consabido jolgorio de la concurrencia. El castigo, más que el cuerpo maceraba el amor propio.

Otras veces, sentados, orondos, al venir a nosotros el cobrador muy serios y seguros sentenciábamos: “ya le pagué al otro”. O para eludirlos con la calesita en marcha cruzábamos entre caballitos y carruajes colgados de los tensores.

 ¿Fue Sabino quien en una de esas cayó?  Con el resultado de la fractura del antebrazo y la oreja partida por una patada de caballo?  ¡Isaraki kabaju kalesita! ¿ajepa?  

¡Claro!. También me acuerdo. Que nos moríamos de celos cuando nuestras vecinas, primas y amigas entraban en el juego del jegusta ñemboki con los calesiteros, que por ser arribeños acaparaban sus atenciones. Les daban las vueltas gratis y al ayudarlas a montar los caballitos de madera, o los cochecitos, se permitían acariciar sus delicados dedos, y hasta un furtivo roce de las cimbreantes cinturas, ¡que nosotros ansiábamos sin atrevernos!

Los mayores jugaban a la lotería familiar. Por los altoparlantes a bocina cantaban los números. Los maiceros afanosos repartían los cartones y un puñado de avati tupi (maíz) para evidenciar la sentada en los números cantados del bolillero. Aún suena en mi cerebro simpáticas expresiones como: “el 11, kamba  kanilla”, “solito el 1”, “22, los dos patitos”, “oupa la bola, 90”, "suelta de tres, 33, "okéva ojopygotyo, 69" y otras que dependían del estado de ánimo del “cantador”. Según las apuestas estipuladas o la cantidad de jugadores se ganaba el ambo kytai, ambo sambuku, terno, cuarta y la salida. Se jugaba hasta escuchar el eufórico y sonoro grito de ¡epyta upepe! del ganador. No pocas veces era falsa alarma y quienes no desmarcaron sus cartones seguían la jugada.

En tanto, Roquito Mereles  acometía con ganas las cuerdas de su ajado violín, a veces acompañado en la guitarra por Anselmo Orué. Eran infaltables la ejecución y el canto de las polkas "General Stroessner", "Caraguatay" u otros compuestos de su acervo folclórico.

En Ñembosarái ya hablamos del pin pin, la ruleta y otros juegos de las  fiestas patronales. Recuerdo la destreza de los toreros y payasos en los torines (corridas de toros en rusticas empalizadas hechas para la ocasión). Y habllando de torínes ¿recuersas a José Karona?

Vibrábamos con las carreras, sortijas y otras proezas propias de las jineteadas. 

No olvidarás el Juego del galán en donde jinetes, empellonados sobre sus briosos corceles, con arreos tachonados de plata y ornados con los coloridos pañuelitos ganados en las sortijas, en raudas carreras tiraban a la concurrencia ( y nosotros allí estabamos) vito de chipa lopi que hermosas chiperas  les preparaban en un limpio mantel para el efecto.

imagen de: oni.escuelas.edu.ar
Cámara de fuelle, para negativos de vidrio,
con trípode ligero para viajes
Imagen prestada:

¡Increíble, Serafín! Imágenes, que, de un tiempo en que no existín ni sueños cámaras digitales o teléfonos celulares para selfiear el momento, queden tan vívidas en el recuerdo.

Y cuan difícil es encontrar fotografías de esa época en que los fotógrafos se embutían en la manga de su cámara de fuelle con trípode y uno tenía que posar para la foto hasta la explosión del flash.

“Fiestas eran las de antes…”, como nos decía abuelo.

Si. Te prometo. Me pondré en campaña para buscar fotografías que sean lo más fieles posible a esa mágica época. Alguien las tendrá. La conseguiremos, así como conseguimos el Kutu Vargas y los siguientes.

Hasta luego Serafin.

En otro momento conversaremos sobre tu aventura en el circo, o cuando en otra noche de  fiesta patronal Kamba se nos extravió y hasta Roquito dejó de cantar por unos momentos y colaboró en la búsqueda. 

¡Pero esa es otra historia!.

Ah, ya encontré una (fotografía):
          
 Imágen de fiesta patronal, posterior a la epoca descrita, 
encontrada en:
                  
https://www.facebook.com/eranlosdeantes/photos/a.831096543567074.1073741829.793868423956553/836974012979327/?type=1&theater

                                                                                  

domingo, 5 de enero de 2014

MAGOS o REYES




¡Me trajeron Los Reyes! ( "me trajo" Los Reyes, en la jerga campesina).

Es el grito jubiloso de cientos de niños paraguayos en un día como hoy
Tonka 1958?
Todavía el 6 de enero (festividad de los Reyes Magos) guarda  un rescoldo de tradición paraguaya aún no desplazada por los Noeles transnacionales.

¡Cuánta esperanza al dejar los zapatos en la ventana como cofre seguro para el ansiado tesoro!. 

¡Cuánta ilusión al preparar el agua y el pasto para los cansados y sedientos camellos!.

Y la tamizada ceniza esparcida para evidenciar las huellas de los ilustres, y como su nombre indica mágicos, visitantes.

El furtivo espionaje para sorprender la llegada de los "Reyes del Oriente" con sus árganas llenas de juguetes simpre fue infructuoso. ¡Y cuando ya cansado y vencido por el sueño! aprovechaban para, en un raudo y misterioso afán, repartir con los regalos ilusiones y alegrías en las inocentes y credulas mentes infantiles.

Con el alba los sueños se disipan y en un amanecer es diferente, el rojo rostro del astro rey se une a la sorpresa de no encontrar vestigios de pasto del forraje ni el agua de la batea, sí, se notan diminutas huellas que en su trajinar dejaron Los Magos.

Con la respiración entrecortada por el suspenso pasaba al ritual de la ansiosa revisión de los zapatos para ver "el regalo de Los Reyes". En varias ocasiones aparecieron los ansiados juguetes, en otras un par de medias, el cinto que faltaba, unos caramelos o unos céntimos para comprar mantecados u otras dulzuras.

Cuando la decepcion surgía era, tal vez, porque los confundidos Reyes se acordaron, justo, de los momentos de debilidades, de este  "niño bueno", que llevaban a la desobediencia, algunas que otras palabrotas, en fin, pecadillos que siempre rondanban para amargar la vida en tan importante día.

O porque venían de tan, pero tan, lejos que llegaban con las gurupas semivacías, pero en su gran magnificencia siempre encontraban en el fondo del "vosájovái" los infantables caramelitos que bastaban opara endulzar el 6 de enero.

Pasaron años, décadas, y  los Reyes siguen vigentes en muchos hogares de mi patria.

Mi Rey Mago me trajo un regalito: un Livstock semi 36 - 1958 color rojo de chapa, sin el remolque, de Tonka Toys. Los juguetes Tonka tienen fama de indestructibles.

De hoy en más, el camioncito,  puede ser apreciado en las vitrinas de Kuaapy rokái.

Gracias Babi.



martes, 30 de julio de 2013

LEÍDO EN UNA REVISTA


Amigos de Kuaapy Rokái

En esta entrada quisiera compartir con Ustedes, in extenso, un artículo publicado en la revista VIDA de Ultima Hora, Nº 774, páginas 22 y 23 del sábado 16 de marzo de 2013 con texto de Carlos Darío Torres y fotos de Fernando Franceschelli.

Fotocopia de la revista VIDA de Ultima Hora (774)


Artista metalero

Autodidacta e ingenioso, Miguel Alarcón (61) hace esculturas de metal con material de desecho. En sus obras, aunque de temática variada, predominan los motivos nacionales paraguayos.


Chapas y restos de metal oxidado, tuercas, bulones, clavos y cualquier objeto abandonado como chatarra en algún baldío o calle de Lambaré. Lo que para cualquiera no es más que desperdicio, para Miguel Alarcón es el material que se convertirá en una fina escultura, digna de ser expuesta en alguna sofisticada galería de arte.

"Soy autodidacta. Nunca tomé clases ni fui a ningún Instituto de arte". relata sentado en el patio de su casa en el barrio San Isidro de Lambaré, donde también cuenta con un pequeño museo de artefactos y herramientas que antaño formaban parte de un hogar paraguayo.

En la parte trasera de su vivienda también funciona el taller, en el cual -con pocas herramientas: un martillo, un cortahierro, una sierrita de arco y un soldador- este docente a tiempo casi completo y artista de tiempo libre le da forma a objeto de metal, desechados y oxidados en su mayoría, que recolectó en la calle o recibió de sus alumnos, familiares y amigos.

HERENCIA

Nacido en Caraguatay, en una compañía que entonces se llamaba Ñai ûngua, Miguel Angel Alarcón Romero aprendió a trabajar la madera y el metal desde pequeño gracias a sus abuelos, carpintero uno y carpintero y herrero el otro.

"No hacían cosas artísticas, sino obras pesadas, trapiches, por ejemplo. Yo les veía trabajar la madera y el hierro", afirma.

Don Miguel cuenta además que no sospechaba que poseía una vena artística. Incluso hoy minimiza su talento y no cree que el proceso de transformarla chatarra en obras de arte tenga que ver con alguna cualidad extraña al resto de la gente.

"Yo nunca sentí que tuviera habilidad para la escultura, pero siempre quería hacer algo" asegura y explica que comenzó a hacer trabajos en madera, pequeñas esculturas y también tarjetas con el método del pirograbado, que luego regalaba a amigos y parientes.

Formado en Artes Industriales, su aprendizaje formal le dio los conocimientos para manipular metales con fines industriales. Y si bien no recuerda cuando exactamente empezó a inclinarse por trabajar el metal de manera artística, estima que fue "hace como 20 años, cuando pude comprarme un soldador".

Pero enseguida confiesa que un poco antes ya había comenzado a trabajar con plomo, que derretía con el soldador del taller en el que estaba empleado, y luego hacía gotear sobre siluetas hechas con alambre.

"Tengo la satisfacción de que muchas personas comenzaron a copiar mi técnica para hacer cosas", refiere con orgullo.

Pero una vez que adquirió el soldador, sus posibilidades artísticas se ampliaron y encontró en los metales desechados la materia prima para desarrollar su habilidad.

Comenzó confeccionando cosas pequeñas, con la intención de obsequiarlas después. "Hacía muñequitos de tuerca, cualquier escultura; era darle forma a la chatarra nomás", confiesa.

Su creatividad se manifestaba en el momento y las figuras iban apareciendo a pura inspiración. "Se me ocurría hacer algo y lo hacía, sin ningún diseño previo, como me iba saliendo. Ahora, en cambio, hago un boceto para saber más o menos a qué apunto. Por ejemplo, estoy pensando que en algún momento tengo que hacer algo; tengo materiales, cosas que la gente tiró, y con ellos quiero hacer una escultura del Cacique Lambaré. Ya tengo el boceto", afirma.

Convencido reciclador, don Miguel nunca adquiere pintura nueva para pintar sus esculturas sino que mezcla la que queda en los tarros sobrantes, y el color resultante, generalmente el gris, es el que utiliza en sus trabajos.

A pesar de que sus obras son de gran calidad artística, él nunca expuso sus creaciones y jamás se e ocurrió contactar con algún intermediario que le consiguiera compradores e interesados en su trabajo, y mucho menos con propietarios de galerías.



APROVECHAMIENTO

Miguel Alarcón, el profesor, transmite sus inquietudes a sus alumnos más allá de sus obligaciones curriculares y los forma para aprovechar los materiales que otros desechan para crear objetos útiles. " Les inculco que deben hacer este tipo de cosas. Como profesor de Trabajo y Tecnología les digo que deben utilizar todo lo que encuentren a su alcance, que tengan un fin práctico e inclusive económico, si es posible. Les enseño a reciclar cable para hacer arbolitos de colores y ya algunos de mis alumnos venden eso. Con veinticinco centímetros de cable de seis milímetros hacen arbolitos que venden hasta por G. 20.000. No solo deben divertirse trabajando sino que también deben hacer la gestión económica, revela.

TEMAS

Sus esculturas revelan el espíritu de don Miguel de preservar las tradiciones paraguayas y familiarizar a las generaciones actuales y futuras con referentes de la cultura popular.

Una de sus primeras figuras fue la de Ña Candé, la leñadora, a la que fue agregando sus compañeras, con las que armó el conjunto Las Doñas. Otro grupo escultórico es el que conforman Los Pirulos, músicos con sus instrumentos que ejecutan sordas melodías en una fiesta patronal eterna.

Admirador de la obra de Hermann Guggiari, este artista no descarta  que sus obra alguna vez sean expuestas en una galería, aunque por el momento no piensa dedicarse a tiempo completo a la escultura..

"Ya ni regalo mis trabajos sino que los voy juntando. Quizás cuando me jubile como docente (enseña Tabajo Y Tecnología en el Colegio María del Carmen Morales de Achucarro, de Lambaré, y Economía y Gestión en el San Agustín) active mi taller para hacer artesanías y venderlas", detalla.

Para mostrárselas a quienes lo visitan o para vendérselas a los amantes del arte, las esculturas de don Miguel, ecológicas, y de buen gusto, son creadas con dosis de enseñanza de respeto a la naturaleza y a las costumbres paraguayas. Dos porciones de este docente y artista del metal.





domingo, 7 de julio de 2013

MI REGALO: UN "APYKA"




 

Hace un tiempo recibí un regalo de Junior.

Como todos los regalos de mis hijos, viene acompañado de un  trozo de historia, o relato,  que cuenta en parte el profundo significado del objeto.

En esta entrada no pretendo realizar un estudio antropológico, ni mucho menos. Solo quiero ubicar a mis amigos en el contexto.


El obsequio para enriquecer el patrimonio de Kuaapy Rokái consistió en Apyka de cedro del Amambay, semiahuecado artesanalmente por los Pai tavyterä, familia lingüística guaraní de la aldea de jaguati, Zona del cerro Jaguari, cerro que es la casa del jaguareté jari (jaguareté celestial), tigre blanco celestial que se enamoró de una mujer guaraní, se transformó en hombre y se la llevó para casarse con ella, eso le permite cuidar la tierra, su alma ocupa el cerro.

Las comunidades indígenas estaban en conocimiento  y alertas al mensaje de los dioses y se cuidan de no enojarlos.

Cuando un joven llega a la edad en que puede desenvolverse sólo su padre le construye el apyka tallado o pirograbado (con diseños zoomorfos, fitomorfos u otros)  que le acompañará l resto de su vida. Este apyka es entregado al hijo durante un rito de iniciación en la ceremonia del mitâpepy. Eta ceremonia dura varios días en donde danzan hasta  tres días seguidos y al final se le pone el tembetá.

A las mujeres no se les entrega el apyka por ser ellas mismas el asiento de la vida al cumplir con su rol de mujer cuya principal misión es dar vida.

También relató  (Jr) que actualmente no todos los jóvenes valoran el gesto de los padres, por ello vende sus apyka como  artesanía a las personas interesadas, ocasionando mucha pena a sus progenitores que consideran como un quiebre cultural pretendiendo olvidar sus raíces. Él consiguió tres de ellos uno para cada hijo y otro para mí. A partir de ese momento traté de indagar algo referente al tema en cuestión y comparto ustedes un enlace por si les les interese consultar.
Apyka zoomorfo de los Pai Tavyterä. (tallas de tigre)

Apyka: Trozo de madera construido y utilizado como banqueta o asiento para descansar.

"El etnónimo pai tavyterä significa habitantes del pueblo del centro del mundo, ya que su territorio se encuentra en el Cerro Guasu de la Cordillera del Amambay, llamado por ellos Jasuká Rendá que es considerado por los guaraní como el lugar en donde comenzóla creación del mundo" . (es.wikipedia.org/wiki/Paí_tavyterá)